domingo, 27 de noviembre de 2011

la peste bobonica

La peste propiamente dicha es una enfermedad que se da sobre todo en los roedores, animales en los que se propaga a través de las pulgas, y de allí llega a los humanos. Normalmente la peste afecta a los nódulos linfáticos de la ingles y las axilas, que se hinchan hasta convertirse en dolorosos bubones (de aquí deriva el nombre de Peste Bubónica y, por el color de los bubones, “peste negra”). No obstante, en ocasiones son los pulmones los que resultan afectados, dando origen a una variedad mucho más mortífera de la enfermedad, la Peste Neumónica, que tiene la horrible capacidad de transmitirse de una persona a otra por el aire.
En algún momento de la década de 1330, una nueva cepa del bacilo de la peste apareció en algún lugar de Asia Central. Dio la casualidad de que dicha cepa tenía la capacidad de infectar fácilmente a los seres humanos, por lo que poco a poco la peste comenzó a transmitirse entre ellos. Hacia 1340, la peste había llegado al Mar Negro, y un barco genovés la trasladó a Europa años después.
Dado que la Edad Media no es un período histórico que se caracterice precisamente por su higiene, la peste se propagó de manera fulminante, ayudada por las ratas que poblaban las ciudades. La enfermedad mató a alrededor de 25 millones de personas sólo en Europa. En una época con una religiosidad mucho más profunda que la actual, no faltó quien quiso ver en dicha epidemia un castigo divino. Las muertes se contaban por millares y ciertamente parecía que el día del juicio final había llegado.


La Peste se propagó fundamentalmente a través de las rutas comerciales y los movimientos de personas, por lo que apenas algunos rincones del continente escaparon a la enfermedad. Los sobrecogedores relatos de la época hablan de naves que arribaban a puerto sin tripulación, ya que toda había fallecido durante la travesía, así como de ciudades y pueblos que quedaban desiertos tras la huída de sus habitantes.
Si la enfermedad dejó de propagarse no fue porque se le encontrara cura, sino por que la mayor parte de las personas vulnerables a la misma habían muerto. Haría falta más de un siglo para que la población europea volviese a los niveles de 1340.

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