la Edad Media termina durante el Siglo XV, aproximadamente en el tiempo del descubrimiento de América.
Durante el siglo XIV, Europa se vio asolada por una serie de guerras, epidemias y hambres que provocaron una profunda crisis. Sin embargo, a mediados del siglo siguiente, las poblaciones se recuperaron y los grandes estados europeos se fortalecieron, iniciando su expansión hacia otros continentes.
La conquista de Constantinopla por los turcos en 1453 interrumpió la ruta terrestre hacia Oriente, lo que obligó a los comerciantes europeos a buscar nuevas rutas que alcanzaran por mar las tierras de las preciadas especias.
Los primeros grandes navegantes fueron los portugueses, protegidos por sus reyes y por el príncipe Enrique el Navegante (1394-1460). En la empresa descubridora contaron con adelantos técnicos como la carabela (un tipo de embarcación adecuado para la navegación atlántica), la brújula, el astrolabio, los atlas y los portulanos (colecciones de planos de puertos).
Entre otros factores, el comienzo de la transición del feudalismo al capitalismo, las nuevas ideas religiosas (que se adaptan mejor a la forma de vida de la burguesía que a la de los privilegiados). La formación de los grandes estados europeos; en el este de Europa se produjo la caída de Constantinopla en manos de los turcos otomanos (1453), lo que puso fin al Imperio bizantino.
La gran agitación e innovación espiritual desemboca en la reforma protestante; las nuevas entidades políticas conducirán al triunfo del Estado nacional moderno y la constante expanción económica y mercantil que puso las bases de la transformación revolucionaria de la economía europea.
De esta forma, la crisis social y espiritual de la edad media siembra las bases de la edad moderna.
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